¡Hola a todos/as! En
esta entrada me gustaría tratar un aspecto relacionado con el tema 1, que trata
sobre la enseñanza de idiomas en la LOMCE. Me centraré en la enseñanza
de las lenguas extranjeras, pero también me gustaría hacer una comparativa con
el tratamiento de las lenguas cooficiales para finalmente dar mi propia visión
del tema.
Como todos sabréis, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) y también conocida popularmente como la ‘‘Ley Wert’’, es una ley educativa que fue aprobada en 2013 y que modifica parcialmente la Ley Orgánica de Educación (LOE). Desde un primer momento, incluso antes de ser promulgada por las Cortes Generales, fue una ley que causó mucha controversia tanto en la esfera social como en la política y que derivó en numerosas manifestaciones, de hecho el PP aprobó esta ley sin apoyo de ningún otro partido.
Entrando en materia,
ya en su preámbulo, concretamente en el apartado XII, se hace referencia a las
lenguas extranjeras, y a la necesidad de dominar una segunda e incluso una
tercera lengua debido al proceso de globalización en el que nos encontramos. Esta
ley es consciente de que este sistema educativo se caracteriza, entre muchas
cosas, por la insuficiencia en el dominio de lenguas extranjeras y pretende
revertir esta situación. La Unión Europea fija como objetivo el plurilingüismo
y la LOMCE apoya este plurilingüismo ‘‘redoblando los esfuerzos para conseguir
que los estudiantes se desenvuelvan con fluidez al menos en una primera lengua
extranjera’’. En este contexto, además,
cabe destacar que, en una de las disposiciones adicionales de la ley, de cara a
favorecer este plurilingüismo, se establece la posibilidad de incorporar al
sistema educativo expertos en dominio de lenguas con formación habilitadora, en
caso de que no haya docentes con competencias lingüísticas suficientes. La LOMCE tiene una visión muy mercantilista de la educación, entendiendo que la mejora de la educación traerá consigo un aumento de la empleabilidad, mejorando así también la economía y la situación general de nuestro país.
Partiendo de esta
base, en cuanto al fomento del plurilingüismo, todo parece positivo, pues en el
sistema educativo español ha sido y sigue siendo una constante la insuficiente
competencia lingüística en cuestión de lenguas extranjeras. España se encuentra
actualmente como el quinto país de la Unión Europea con un porcentaje más alto
de población que no habla ninguna lengua extranjera. Además, tan solo el 27% de
los jóvenes es competente al menos en un idioma extranjero, frente al 42% de
los europeos. Estas cifras corroboran que nuestro sistema educativo y sus
metodologías de cara al aprendizaje de los idiomas extranjeros no funcionan,
por lo que potenciar el aprendizaje de estas lenguas siempre es visto como algo
necesario. Sin embargo, cabe destacar que la LOMCE centra todos sus esfuerzos en el aprendizaje de
las lenguas extranjeras debido a que son la herramienta esencial para poder
crecer a nivel económico. La persecución de intereses económicos son una
constante en esta ley pues, como se menciona mismamente en relación a las
lenguas extranjeras, el dominio de éstas favorecería la empleabilidad y las
ambiciones profesionales. Las lenguas, por lo tanto, son vistas como un medio
de progreso económico en la sociedad en la que vivimos, y desafortunadamente,
no como un enriquecimiento personal, que nos abre las puertas a la diversidad
cultural, haciéndonos más tolerantes.
Por otro lado, me
gustaría mencionar brevemente las lenguas cooficiales en España y al
tratamiento que se les da en la LOMCE, pues las acciones que se pretenden con
los idiomas propios de nuestro país frente al aprendizaje de lenguas extranjeras
es muy diferente. En una de las disposiciones adicionales de esta misma ley,
podemos observar como el Estado, aunque ofrece la posibilidad de impartir las
materias en lengua cooficial (así como también en lengua castellana o en alguna
lengua extranjera), da prioridad a la lengua castellana frente a las cooficiales,
pues ‘‘la Administración educativa deberá garantizar una oferta docente
sostenida con fondos públicos en la que el castellano sea utilizado como lengua
vehicular en una proporción razonable’’.
A la mayor importancia de la lengua castellana, se le suma también que hasta las lenguas extranjeras gozan de más prestigio en este país que las lenguas propias, pues cada vez más se implanta la enseñanza de las lenguas extranjeras, más concretamente el inglés. En Galicia, podemos encontrar concretamente en el Decreto 79/2010, de 20 de mayo, para el plurilingüismo en la enseñanza no universitaria de Galicia que ‘‘la Administración educativa fomentará la impartición de materias en lengua(s) extranjera(s), principalmente en inglés, con el objetivo de que, de manera progresiva y voluntaria, los centros educativos puedan llegar a ofrecer hasta un máximo de un tercio de su horario lectivo semanal en lengua(s) extranjera(s)’’.
Teniendo esto en cuenta, podemos observar como se les da más prioridad y financiación a la lengua castellana y a las lenguas extranjeras antes que a las lenguas minoritarias, las cuales realmente sí necesitan de recursos para mejorar su situación. Es triste y una realidad que se apueste por la enseñanza bilingüe, entendiendo esta como una mezcla entre la lengua castellana y una lengua extranjera (normalmente inglés y francés) y donde no hay cabida para las lenguas cooficiales.
En conclusión, y en mi opinión, este proyecto de plurilingüismo podría aprovecharse para potenciar también las lenguas cooficiales de este país (así como el aprendizaje de cualquier otra lengua no mayoritaria). Desafortunadamente y como he explicado, no es así, por lo que la situación del gallego, catalán y vasco continuará en una situación cada vez más perjudicial. Como he mencionado, esta situación no solo favorece el uso de la lengua castellana si no de las lenguas extranjeras, especialmente el inglés, por encima de estas lenguas cooficiales. Las lenguas extranjeras son sinónimo hoy en día de oportunidades, de éxito, de empleabilidad y de futuro y, por lo tanto, esta apuesta por el plurilingüismo siempre se entiende desde la perspectiva de mejorar la economía y no como una herramienta de diversidad cultural. Con esto, no estoy diciendo que se deban dejar de lado los factores económicos a la hora de aprender una lengua, pues está claro que en esta sociedad tan globalizada en la que vivimos, nos ofrecen numerosas posibilidades. Sin embargo, no debemos reducir las razones por las que aprender lenguas a una sola razón, la económica, puesto que no todas las lenguas gozan del suficiente prestigio como para poder abrirnos las puertas en el mercado laboral. Los motivos para aprender una lengua van mucho más allá, y es que el enriquecimiento personal también es un motivo tan válido como el anterior y muy bueno y necesario para mantener las lenguas no tan dominantes en una situación que cuanto menos, no sea desventajosa y cuidar así la diversidad cultural.
Para finalizar, os
dejo un vídeo que encontré leyendo sobre esta temática. Se trata de una campaña
publicitaria llevada a cabo por el Gobierno de Navarra por el Día Europeo de
las Lenguas y que tiene como título ‘‘Con el plurilingüismo llegarás muy lejos’’.
¡Espero que os guste!
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